Sábado de compras…
Es lo que toca…
¿Te apuntas?, me apunto…
Y nos fuimos de tiendas, una otra, otra, otra…
Así, hasta que encontré lo que buscaba…
En este proceso de búsqueda, vi en una tienda unos pendientes preciosos…
De esos que te miran, tu le miras…
Ellos te guiñan y tu les guiñas…
Pendientes que te cautivan, te hipnotizan, te invitan a probarlos…
Y allí estuve, que si, que no, igual para, ya pero, y al final pensé…
Que no, que no, que no os necesito…
Punto, que sois unos embaucadores…
Y me fui…
Este viernes, me voy a desayunar y allí estaban…
En mi casa, encima de mi mesa, al lado del desayuno…
Pero, como, si yo, no dije nada, pensé que…
Al final, los pendientes se salieron con la suya…
Y aquí están conmigo, listos para estrenar…
Se van a enterar…
No los voy a dejar descansar…
😉